¿Cuánto cuesta una impresión 3D?

Una de las ventajas de la impresión 3D que los clientes cada vez miran con más interés es la fabricación de sus piezas en el menor tiempo posible. Pero justo antes de cerrar el trato con ellos, llega la pregunta incómoda y a la vez, la más importante: «¿Cuánto cuesta una impresión 3D?» .

Así es. Responder la pregunta en caliente es el principal error como proveedor porque no sabes con certeza cuáles son los costos internos por cubrir y con tal de ganar la venta, eres capaz de decir una cantidad cualquiera que para el cliente le puede resultar atractivo o favorable pero perjudicial para ti.

Recordemos que en todo cierre de negocios, el cliente siempre gana porque para él, todo es caro. Es a final de cuentas, un desafío emocional para ambas partes, con una ligera ventaja para el comprador, obviamente.

1. Obtén el precio por hora de impresión.

Definir un precio final único para las impresiones 3D es prácticamente imposible porque cada impresión es diferente, a reserva de replicar el mismo modelo con las mismas características (importante esto: en la siguiente sección se explicará por qué no siempre el modelo es igual). Sin embargo, existe un parámetro o medida que estandariza en muy buena medida la cotización: el precio por hora de impresión.

Esta cifra equivale al precio unitario por metro cuadrado pintado, hablando de un pintor o a las horas clase para un profesor. Es decir, considera los costos internos que debes cubrir en tu negocio como:

• El consumo eléctrico.
• El alquiler de tu local.
• La reposición de materiales consumibles para el acabado de las piezas (en caso de ser necesario).
• Los servicios que tienes contratados en tu local como agua, telefonía e internet.
• La amortización de tu impresora 3D a lo largo del año.
• El sueldo de tus colaboradores.
• El mantenimiento de tus impresoras 3D.
• Los impuestos a pagar ante Hacienda.
• Tu margen de utilidad.

Para obtener el valor nominal del precio por hora de impresión, basta con sumar las cantidades mensuales de las partidas de la lista anterior y dividir el total entre el número de horas al mes que la impresora trabaja, considerando una jornada laboral normal de lunes a viernes.

A medida que tienes más impresoras 3D trabajando (granja), el número de horas productivas se reparte y afecta positivamente al precio por hora de impresión. Por lo tanto, es un buen comienzo para encarar con seguridad la pregunta: «¿cuánto cuesta una impresión 3D?».

Si el precio por hora de impresión se encuentra entre MXN $8.00 y $12.00, se considera bastante atractivo para el mercado mexicano.

Cada país tiene un poder adquisitivo diferente, por lo que dichos costos son relativos. Particularmente, México se caracteriza por manejar el protocolo de las 3B: bueno, bonito y barato. Hasta el momento, hemos resuelto la parte «barata». Ahora vamos con las otras dos.

2. Obtén el precio por material utilizado.

Existen muchísimos fabricantes que ofrecen «el mejor material para imprimir». Compraste alguno de esos y lo comenzaste a usar. La experiencia de uso se volvió frustrante porque a la primera capa, el material se despegó de la cama y se echaron a perder minutos valiosos de la fabricación. Para empeorar las cosas, el material resultó caro.

Por suerte, encontraste otro material con mejores propiedades de manejo y acabado estético que el anterior (a pesar de ser el mismo en composición) y con un costo más competitivo.

Este ejemplo es un caso real: te puede tocar tanto un material costoso y difícil de trabajar como otro más asequible y fácil. A falta de un catálogo infalible y absoluto de materiales, se tienen que probar uno por uno.

Cabe señalar que los materiales en filamento se venden por lo general en bobinas de 1 kg y cada fabricante asigna su propio precio.

Pues bien, este factor también se considera en la cotización porque depende del tiempo de impresión de la pieza y de la cantidad de material utilizado (incluyendo mermas). Estos datos se obtienen en el programa slicer e informan las cantidades reales con un 99.9% de exactitud, ni más ni menos.

2.1 ¿Y qué pasa cuando replicas una pieza que ya hiciste?

Pongamos un ejemplo. Imprimiste una pieza A. Como proveedor, verificas el peso y la calidad visual una vez terminada. Ahora decides replicar la misma pieza A pero le añades más material para hacerla más robusta y resistente que la anterior (pieza B). A pesar de que es la misma pieza geométricamente hablando, el material usado aumentó y se convierte en otra pieza diferente.

Estas formas de tanteo a menudo se hacen en el prototipado rápido. Lo suficiente hasta alcanzar un producto que consideras «bueno y bonito», profesionalmente hablando. Por supuesto que influye también la tecnología de impresión.

Habiendo encontrado el proceso óptimo de la pieza, es momento entonces de sumar este precio del material usado con el precio por hora de impresión, entregar la cotización final al cliente y responder la pregunta del principio: «¿cuánto cuesta la impresión 3D?».

3. «Estás muy caro. Tengo a alguien que me hace las piezas más barato.»

Está bien, es respetable la decisión. ¿Pero te has puesto a pensar si tu contacto es capaz de ofrecerte el respaldo y la profesionalidad de un proveedor experto?

Si únicamente declinaste la cotización por el monto a pagar, te recomendamos reflexionar lo que tu contacto te ofrece:

• ¿Tiempo de entrega cumplido conforme a tus requerimientos?
• ¿Garantía en caso de piezas defectuosas?
• ¿Plan de acción inmediato en caso de cambiar alguna geometría en la pieza desde su modelado?
• ¿Recomendaciones de diseño?

Si contestaste NO a cualquiera de las preguntas de arriba, ten cuidado. Recuerda que lo barato puede salir caro a la larga.

En resumen, si el precio final resultó caro para ti, analiza la calidad, la oferta y la demanda del mercado.